- Lávate las manos durante al menos 20 segundos con jabón y agua tibia antes y después de la preparación de alimentos.
- Enjuaga bien el producto con agua corriente antes de comerlo, cortarlo o cocinarlo, ya sea que se cultive en casa o se compre en una tienda de comestibles o en un mercado de agricultores, y si se cultiva de manera convencional u orgánica.
- Refrigera inmediatamente la lechuga preempaquetada y otros productos etiquetados como “listos para comer”. Aunque el lavado durante el procesamiento elimina las partículas de suciedad y hace un buen trabajo minimizando el riesgo de patógenos transmitidos por los alimentos, no hace daño darle un enjuague adicional justo antes de comerlo.
- Limpia cuidadosamente los productos con corteza, como el melón y la sandía. Frótalos con un cepillo limpio solo con agua corriente antes de cortarlo, no uses jabón.
- Al preparar frutas y verduras, corta las áreas dañadas o magulladas porque las bacterias que causan enfermedades pueden prosperar en esos lugares. Refrigera de inmediato cualquier artículo recién cortado, como ensalada o fruta, para obtener la mejor calidad y seguridad alimentaria.
- Las verduras como el brócoli, la lechuga y la col rizada deben enjuagarse con agua fría justo antes de que tenga la intención de comerlas. Sin embargo, no laves los frutos rojos antes de ponerlos en el refrigerador, ya que eso aumentará la humedad y acelerará el crecimiento de bacterias y mohos.
No hay evidencia en este momento de que la COVID-19 pueda transmitirse a través del consumo de alimentos contaminados, mencionó Sanja Ilic, especialista en seguridad alimentaria de la Facultad de Alimentos, Agricultura y Ciencias Ambientales de la Universidad Estatal de Ohio, de hecho, recomiendan enfáticamente consumirlas para fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Los expertos aconsejan que no nos dejemos llevar por el miedo y nos informemos muy bien, ya que el coronavirus solo se transmite de persona a persona a través de las gotas que producimos al hablar o estornudar y que llegan a nuestra boca, ojos y nariz, o por contacto cercano, digamos que con un apretón de manos o abrazos, no a través de los alimentos.
El virus también puede transmitirse cuando una persona que está contagiada toca un objeto o superficie y luego otra la toca y no se lava las manos. Pero, considerando que las frutas y verduras a veces pueden albergar bacterias dañinas, es importante enjuagarlos muy bien antes de consumirlos.
Incluso algunas frutas y verduras que tienen piel deben enjuagarse con agua antes de prepararlas o comerlas, incluso si no planeas comerte la piel. Por ejemplo, la piel de melón tiene rincones y grietas que pueden albergar partículas de suciedad. Debes enjuagarlos bien y frotarlos con un cepillo limpio antes de cortarlos con un cuchillo, ya que al pelarlos y cortarlos puedes transferir la suciedad u otros contaminantes de la superficie del producto a la porción de la fruta o verdura que planeas comer.
Estas son algunas recomendaciones que ofrece esta experta para un higiénico manejo de frutas y verduras: