Aunque la plusvalía de un inmueble depende en gran medida de factores externos que no se pueden controlar, como la zona en donde se encuentra, accesibilidad, los servicios y la infraestructura de la zona, entre otros aspectos, hay elementos que sí están en manos del propietario y que pueden influir mucho en el valor de una propiedad. 

Nos referimos específicamente a las condiciones generales en las que se encuentra el inmueble y esto lo puedes lograr dándole mantenimiento. A continuación te damos unos tips para lograrlo.

Renovación de espacios

Debes realizar una constante revisión de todos los espacios para checar cuáles necesitan una manita de gato o una renovación más profunda. Vigila especialmente los acabados, los cuales son más susceptibles de sufrir los embates del tiempo, por ejemplo, pisos, paredes y techos.

Pon atención a la cocina y baño

Con respecto a la cocina puedes empezar con una renovación que incluya un cambio de los muebles o revisar si solo necesitan nuevo esmaltado. Revisa los azulejos para ir cambiando los que ya no queden limpios pese al aseo, ya que con el uso, la grasa y salpicaduras pueden mancharse.

En el baño pon atención a los grifos, ya que con las sales que contiene el agua pueden mancharse u oxidarse. Revisa también los toalleros, portapapel, las luces y por supuesto, los azulejos. 

Mantenimiento

No esperes a que algo falle, por ejemplo, que un apagador ya no funcione. Trata de revisar todos los servicios cada determinado tiempo para ver su funcionamiento y cambiarlos si es necesario.

Considera una revisión para la instalación eléctrica, hidráulica, las puertas y ventanas.

Mantente al día en el pago de tus obligaciones

No olvides mantenerte al día en el pago de todos los servicios y obligaciones de tu inmueble como luz, agua, predial, etcétera, ya que esto también puede influir en la plusvalía de tu vivienda.

Ya sea que quieras venderla o continuar con ella, llevar a cabo estas acciones te ayudará a mantener tu hogar en buenas condiciones y evitar que los desperfectos se vayan acumulando y al final tengas que desembolsar más dinero por algo que podrías ir solucionando preventivamente.

Has de la revisión constante de tu hogar un hábito. Ve poco a poco arreglando los desperfectos y siempre trata de usar materiales de la mejor calidad, pues esto significará una mayor vida de uso. Recuerda que lo barato sale caro y lo que hoy ahorras puede costar mucho más en el futuro.