- Los secadores de manos que utilizan aire para ello son los menos eficientes, ya que el aire que expiden puede propagar las bacterias que hay en el ambiente y no solo secarán tus manos, sino que las impregnarán de sustancias dañinas.
- No secarlas o dejar que se sequen solas es también mala idea, ya que los gérmenes y baterías proliferan más fácilmente en ambientes húmedos, así que inmediatamente después de lavártelas usa una toalla limpia de tela o de papel.
Secarse las manos adecuadamente es tan importante como lavárselas bien. Tan solo pensemos ¿cuánto tiempo lleva nuestra toalla de manos en el baño o en la cocina? ¿Cada cuánto la cambiamos por una limpia?
Los expertos recomiendan cambiarla al menos cada 2 días, aunque también aconsejan que la mejor forma es usar toallas de papel, pero pensemos en contaminar lo menos posible y optemos por toallas de tela, solo que cámbialas seguido.
Los métodos menos eficientes: