Descubre las bellezas inigualables que guarda el desierto de Nuevo León en el municipio de Mina, a tan solo 55 minutos de Monterrey y admira algunas de las pinturas rupestres, vestigio de los primeros pobladores de la región.

Si te gustan las aventuras al aire libre, debes visitas la Zona Arqueológica Boca de Potrerillos. Ponte unas botas cómodas, gorra o sombrero, playera de manga larga, short o pantalón, prepara tu botella de agua, protector solar y bocadillos, y lánzate a explorar el desierto de Mina.

Un poco de historia

En 1989 los arqueólogos Moisés Valadez y su equipo iniciaron estudios arqueológicos y paleoambientales para encontrar, después de varios estudios, que los antiguos pobladores de Boca de Potrerillos nunca se vieron en la necesidad de cultivar la tierra porque el medio natural era abundante en plantas y animales, de modo que pudieron subsistir de la recolección, la cacería y la pesca en lagos y ríos.

Por medio de pruebas por radiocarbono se pudo determinar, también, que habitaron este lugar desde hace más de 8,000 años y que continuaron ocupándolo de manera estacional hasta su desaparición, a mediados del siglo XVIII.

En 1995 el INAH abrió las puertas de la zona para visitas públicas y hoy en día es considerada una de las zonas arqueológicas más importante del noreste del país. Al recorrer el sitio se pueden conocer más de 4,000 rocas que los indígenas utilizaron como soporte para la elaboración de petroglifos, así como más de 17,000 imágenes rupestres que reflejan una compleja concepción del entorno natural y un paisaje cultural muy distinto del que predominó en las sociedades prehispánicas del resto del país.

El nombre que denomina a esta zona arqueológica, Boca de Poterillos, se debe a que forma una especie de “boca” como entrada al cañón. Es interesante saber que los grabados fueron planeados para dibujarse o pintarse en dirección al sol naciente, se tiene la hipótesis de que las pinturas tenían carácter ceremonial, ya que muchas de ellas son imágenes geométricas que asemejan fenómenos naturales como la lluvia, el sol y la luna. Esto demuestra que las culturas del norte veneraban a la naturaleza y realizaban las actividades de caza, pesca y recolección.

En la zona también se han encontrado diversos utensilios como herramientas, aretes, flechas, hachas, cuchillos, objetos de metal, cerámica y vidrio. Si te decides a visitar la zona arqueológica, toma en cuenta que está abierta de miércoles a domingo de 10:00 am a 5:00 pm.

Mina

Mina es un municipio de Nuevo León, ubicado al norte de Monterrey (a tan solo 55 minutos), que cuenta con una rica historia, leyendas y muchos fósiles y pinturas rupestres. Tan solo al mirar el entorno uno se queda sin aliento: se extiende el desierto de Nuevo León y maravilla por su grandeza y secretos.

Pero no nos vamos a aventurar tan lejos, basta con explorar la zona arqueológica Boca de Potrerillos y terminar en el pueblo de Mina para descansar, comer y seguir explorando la otra cara de la localidad: sus casas antiguas, muchas de las cuales han sido testigos de cruentas batallas.

Una vez que hayas realizado el recorrido por la zona arqueológica, explora el pueblo. Puedes visitar el Museo Bernabé de las Casas, uno de los más atractivos de la región debido a que cuenta con un fósil de mamut gigante, de hecho se dice que es uno de los pocos en el mundo que cuenta con esta clase de piezas. También exhibe algunas muestras de las pinturas rupestres que plasmaron los antiguos habitantes de Nuevo León.

Date un paseo por la plaza principal y detente a comer en alguno de los pequeños restaurantes o fondas las especialidades norteñas. Si tu punto de salida es la ciudad de Monterrey este será un viaje de un día, ya que como comentábamos, se encuentra a 55 minutos, pero si tienes energíass y muchas ganas de continuar explorando, puedes dedicar todo el fin de semana y practicar senderismo, fotografía de fauna y paisajes, o tranquilas caminatas.