¡Qué hermosa luce la cocina! Brilla de limpia, pero ¡cuidado!, puede ser que te hayas olvidado de limpiar ciertas áreas en donde se alojan más los gérmenes. El hecho de que se vea limpia no significa que lo esté y sí, no siempre tenemos tiempo de limpiar a fondo todo, pero deberíamos.
No tienes que hacerlo todo en una sola sesión. Ve por partes y trata de cuidar las siguientes áreas:
Esponjas y paños
¡A las bacterias les encantan las esponjas húmedas! La peor parte es que no puedes ver las bacterias, por lo que es fácil seguir usando el mismo paño de cocina durante semanas (siempre que se vea bien) cuando en realidad solo está esparciendo gérmenes por toda la mesa de la cocina y los platos.
Solución: Pon tus esponjas en el lavaplatos o en la lavadora después de unos días de uso, pero tan pronto como comiencen a verse un poco deteriorados, deséchalos y comienza de nuevo.
El fregadero de la cocina
El fregadero de la cocina se utiliza para lavarse las manos, lavar la comida y los utensilios, así como para eliminar ciertos líquidos no deseados, por lo que, en otras palabras, es un vertedero de todo tipo de suciedad.
Solución: Limpiar el fregadero con una esponja que ya está sucia no ayudará a eliminar las bacterias, lo que debes hacer es frotar bien el fregadero una vez a la semana y asegurarte de usar una esponja o un paño limpio para limpiarlo con un desinfectante después de lavar los platos o preparar alimentos.
Armarios de la cocina
Dependiendo del color y el acabado de los gabinetes de tu cocina, puede que no sea fácil ver la capa de suciedad y huellas dactilares que inevitablemente se acumulan con el tiempo, así que podemos fácilmente ignorar qué tan sucios están.
Solución: Trata tus armarios casi como tratarías tu mesa de trabajo cuando se trata de limpieza, es decir, asegúrate de limpiar las superficies y los herrajes de las puertas con regularidad con un desinfectante para eliminar las bacterias que se transfieren de las manos y los alimentos, así como los residuos grasos de la cocina.
Tabla de picar
En ella cortamos verduras, carnes y todo lo que tengamos que utilizar para cocinar, digamos que es una de las principales herramientas, pero no basta con lavarla y ya, puesto que pueden transferirse bacterias de la carne a las frutas y verduras.
Solución: Espolvorea la tabla de cortar con sal gruesa y frota la superficie con la mitad de un limón con el lado cortado hacia abajo, exprimiendo para liberar el jugo a medida que avanzas. Deja reposar de 5 a 10 minutos y luego enjuaga.